“Una tonelada de teléfonos móviles desechados es más rica en oro que una tonelada de mineral”, afirma Ruediger Kuehr, profesor de la Universidad de Limerick (Irlanda) y responsable de la oficina de Naciones Unidas Scycle en Alemania. Según sus cálculos, “en un millón de teléfonos móviles, por ejemplo, hay 24 kilogramos de oro, 16.000 de cobre, 350 de plata y 14 de paladio”. Los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE o WEEE, por las siglas en inglés de Waste Electrical and Electronic Equipment) constituyen minas urbanas que ahora no se aprovechan al máximo: solo se recupera un 20% de los desechos mundiales.
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